Director: Marcin Wrona
Writers: Pawel Maslona, Marcin Wrona
Cast: Itay Tiran, Agnieszka Zulewska, Andrzej Grabowski
Duración: 94 min.
País: Polonia/Israel.
Nota: 10/10
No sólo resulta que al film le rodea el aura de su directo y la situación de su muerte sino que los espectros circulan a través de todos sus planos. De entre todos los films que he podido disfrutar este año, por diversos motivos y situaciones, Demon ha sido mi film favorito. Jamás había visto la forma de adaptar las sombras y los espectros, los cementerios, como lo hizo Wrona a la hora de realizar la película. Con tan solo un minuto y los grandes paisajes, incluso la referencia a sus precedentes nórdicos como la Carreta, Demon me tuvo mordiéndome las uñas, esperando que cumpliera con las espectativas que estaba dejando caer. Y lo hizo.
Demon es la historia de la posesión de un novio el día de su boda, un fiestorro alucinante. Con la premisa de que los novios apenas se conocen, el misterio está echado. Herederos de la antigua casa del abuelo de ella, Peter y Zaneta tienen grandes planes para una vida juntos. Él decidirá hacerse caso de la reconstrucción del terreno. Quizá no era tan buena idea hurgar en la herida de una tierra tan comprometida como la de Polonia. Revelado un cadáver que él decide ocultar, Wrona se descubre con los mecanismos más intensos. Mi reino por una escena más como la del baile entre los novios o por la de la orgiástica boda.
Demon es la historia de la posesión de un novio el día de su boda, un fiestorro alucinante. Con la premisa de que los novios apenas se conocen, el misterio está echado. Herederos de la antigua casa del abuelo de ella, Peter y Zaneta tienen grandes planes para una vida juntos. Él decidirá hacerse caso de la reconstrucción del terreno. Quizá no era tan buena idea hurgar en la herida de una tierra tan comprometida como la de Polonia. Revelado un cadáver que él decide ocultar, Wrona se descubre con los mecanismos más intensos. Mi reino por una escena más como la del baile entre los novios o por la de la orgiástica boda.
Los paisajes polacos, el conflicto ateo corroborado en un cientifismo y racionalismo que acusa al idealismo y culto su falta de interés por responder a la vida con nuevas respuestas, y la presencia de un pasado fantasmal mientras se miente a todos los invitados. Orquestada como una obra de teatro, la película de Wrona me puso los pelos de punta sin necesidad de hacerme gritar. También me dejó sin aliento.
No lo recuperé, por supuesto, al llegar al final. Y esa es la razón por la que Demon es mi film favorito de este año.
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